Wednesday, August 30, 2006

Gracias Vicente

''A María Félix la recordaremos como la gran impulsora que fue del cambio democrático del país".

-Vicente Fox en velorio de María Félix, abril de 2002-

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Tuesday, August 29, 2006

Juárez y el Estado laico

Bicentenario del Benemérito: Todos los Juárez menos uno: el Juárez de la Reforma.

El indio zapoteca que llegó a ser presidente. (Carta de un quídam guanajuatense a un ídem de capital a principios de 1858: “Ha llegado a ésta un indio que se dice presidente de la República”.) Juárez el impasible en medio de la tormenta. El hombre que supo ser estadista sin dejar de ser político. Juárez el honesto congénito (Cosío Villegas). Juárez católico y Juárez simpatizante del protestantismo. Juárez mito fabricado por historiadores de ayer y hoy. Juárez el icono fundacional del Estado mexicano, y el Juárez que vive en el imaginario popular. (5 de mayo, Día de la Independencia para la Raza en Estados Unidos.) Juárez hombre, esposo, profundamente desconfiado, amigo fiel de muy pocos, terco, visionario, pragmático, exiliado, guerrero, pacifista, paladín de la legalidad, perseguido, presidente que impone la pena de muerte a un ilustre adversario. Juárez baluarte de la soberanía nacional frente a la intervención, y Juárez proyanqui. Si Juárez no hubiera muerto…y lo que el viento a Juárez…

Bicentenario del Benemérito: Todos los Juárez posibles menos uno: el de la Reforma. ¿Pero por qué ocupa Juárez un papel tan destacado en la historia de México?¿Por sus fuerzas y debilidades, sus fobias y sus filias personales?¿Porque fue un presidente indio?¿Porque simpatizaba con Lincoln y acabó siendo más astuto que Bazaine?

Sin reforma no hay Juárez. El indio de Guelatao sólo se hace notar en forma recia en política nacional a los 48 años de edad, cuando se inicia el gran movimiento de reforma. Antes, es una figura local en uno de los estados más pobres del país. Todavía en 1855 los diplomáticos extranjeros que informan a sus gobiernos sobre política mexicana lo catalogan como figura de tercer orden, a la cola de muchos otros liberales. Juárez es hechura de la reforma y será su dirigente más emblemático. Pero la Reforma no es sólo obra suya. Hay un centenar de hombres extraordinarios que colaboraron con él y lo defendieron sin dejar de criticarlo y cuestionarlo rabiosamente, a cada paso. Un líder que dominó la escena 15 años sin volverse caudillo porque no quiso, o más probablemente porque esas personas extraordinarias no lo dejaron.

La reforma es también la obra de miles de mexicanos que encabezaron los movimientos liberales en las provincias enfrentando el poder de la tradición, el oscurantismo y el fundamentalismo del México Bárbaro de entonces. Pero, sobre todo, la Reforma se fue amasando con el sudor y la sangre de cientos de miles de hombres que lucharon del lado liberal en los tres años de guerra civil y contra “el mejor ejército del mundo” durante cinco años más. La Reforma es obra de una clase minoritaria, incipiente, la clase media de los primeros 50 años del México independiente que no tenía un lugar en el sistema de castas del antiguo régimen colonial. Una clase que se fue construyendo, decantando, definiendo en la movilidad social, en la lucha contra un pasado discriminatorio. Rancheros, chinacos, artesanos urbanos movilizados, estudiantes inspirados por el patriotismo, abogados transformados en generales, sacerdotes liberales, caciques vestidos de diputados, mulatos elegidos gobernadores. “El siglo XIX-dice Altamirano-puede ser considerado como el escenario del hombre de la clase media que pugna no sólo por apoderarse del poder, sino por encauzar al país en el camino del progreso”. La “justa medianía” que Juárez recomienda a los funcionarios es la confesión de su pertenencia a esa clase.

La Reforma es también hechura de varias utopías del siglo XIX: el liberalismo, la libertad de empresa, la magia del capitalismo capaz de fabricar abundancia como cura a la herencia colonial de miseria y atraso. La Reforma es todo eso, y la grandeza de Juárez es que en su persona y su trayectoria se funden muchas de esas experiencias, cualidades y defectos multitudinarios. Como el anciano Hidalgo hubiera muerto en el anonimato sin la Independencia y Zapata y Villa nada habrían sido sin la Revolución, Juárez es hechura de la Reforma. Pero también, hay que reconocerlo, la Independencia no hubiera arrancado sin el cura de Dolores y la revolución es inimaginable sin Zapata y Villa. En cuanto a la Reforma, jamás habrían triunfado sin Juárez. Pero si cuando de Zapata y Villa hablamos, también hablamos de la Revolución, ¿por qué celebramos a Juárez sin decir una palabra de la reforma?

Porque la Reforma es tema polémico en extremo, actual a más no poder, incómodo para muchos y poco estudiado como tal. Innumerables biografías de Juárez, desde la época en que aún vivía, hasta hace 10 años. Varios libros excelentes sobre el liberalismo como pensamiento, incluyendo los tres tomos de Reyes Heroles. Poco o nada grande sobre la Reforma, esa desconocida. Ahí van dos semillitas en terreno eriazo.

La Reforma y Juárez son ante todo los fundadores de un Estado laico soberano hacia adentro y hacia fuera. Hacia adentro, respecto a dos corporaciones que ocupaban su espacio opacándolo: la Iglesia y el Ejército profesionales heredados de la Colonia. Hacia fuera, en relación a potencias que le negaban el respeto, sobre todo después de la ignominiosa derrota frente a Estados Unidos. La Reforma y Juárez doblegaron a los primeros y consolidaron la soberanía de un Estado republicano, federal y laico. Mandaron además un mensaje claro a las potencias europeas decimonónicas: la conquista de México es una aventura que puede resultar costosa, incierta e incluso peligrosa.

La suma del poder espiritual y material de la Iglesia en los primeros 30 años de vida independiente la trasformaban en un Estado dentro del Estado. Mientras la Nueva España formó parte del imperio español, eso era mitigado por el poder que tenía sobre ella el rey de España a través del patronato y la dependencia del Vaticano con respecto a la Corona. Desaparecido el Virreinato, se formó del lado laico un inmenso vacío que tardaría varias décadas en ser cabalmente ocupado. La Iglesia en cambio, quedó muy fortalecida, con su inmenso poder sobre la mente, la vida cotidiana y la fe de los mexicanos; su control del sistema educativo, de la salud y la caridad; sus privilegios sociales y legales; sus cuantiosas propiedades urbanas y rurales. Con su dominio sobre el capital hipotecario, la obligatoriedad del diezmo y las primicias, las cuotas que cobraban por sus servicios, cumplía muchas de las funciones del Estado y representaba un rival temible para cualquier tipo de pretendiente laico.

Por el otro lado, la imagen que presentaba el naciente Estado independiente era lamentable. El primero y más difícil de los retos era construir una autoridad legítima diferente a la del rey para una población que había vivido bajo una monarquía centralista desde la época prehispánica. ¿Qué tanto debían diferir las nuevas formas de gobierno de las tradicionales? En medio siglo se probaron un imperio criollo, el federalismo, la república centralista, la dictadura bonapartista y un imperio de origen austriaco. Las fluctuaciones en las formas de Estado probadas y desechadas contrastaban con la inamovilidad del poder de la iglesia, basado en siglos de tradición.

El poder real descansaba en la Iglesia, en los hombres fuertes del ejército, en los caudillos y caciques regionales que actuaban por encima de las leyes y en las instituciones que en vano trataba de consolidar el gobierno republicano nacional. Las finanzas estaban en ruinas. La recaudación era baja e irregular; los gastos militares, enormes, y la deuda externa e interna, impagables. A eso habría que agregar las constantes amenazas y agresiones externas que estuvieron varias veces a punto de frustrar la consolidación de un Estado mexicano independiente.

La situación no tenía más que dos salidas: La Iglesia cedía paulatinamente sus privilegios y prerrogativas temporales, reconociendo la soberanía del Estado laico, mientras éste garantizaba el libre ejercicio de sus derechos religiosos y parte de su riqueza, o bien un choque frontal que llevaba inevitablemente a la guerra civil. Desgraciadamente se impuso la segunda, y la Reforma fue la culminación del conflicto causado en buena parte por la intransigencia de Pío IX, sumergido en un conflicto similar con el movimiento liberal nacionalista italiano. Un Papa cuya posición a todos los cambios de la era moderna lo llevaron a graves conflictos con casi todos los gobiernos europeos y varios latinoamericanos.

La Reforma, la intervención y Juárez son la culminación de ese conflicto. La república federal y laica nace de una revolución contra la herencia colonial y una guerra de independencia nacional. Juárez es la gran figura política de esa lucha. Sus cualidades y defectos adquieren sentido histórico sólo y exclusivamente en ese papel. Lo que más grande lo hace es ser una expresión sintética de las cualidades que surgieron en el seno de la incipiente nación mexicana, sublimadas en el liderazgo político. Nunca fue ni aspiro a ser más. Otros mexicanos se distinguieron tanto y más en campos distintos. La época produjo brillantes intelectuales comprometidos, una intelligentzia como nunca hemos vuelto a tener. Muchos más se destacaron como hábiles jefes militares, guerrilleros astutos, diplomáticos de altura, gobernantes locales honestos y visionarios. Todo, en medio del caos, la corrupción, el oportunismo, la frivolidad, la inconsecuencia y la especulación monetaria desenfrenada.

Bicentenario del Benemérito: símbolo político, lucidez y visión de estadista en un momento extraordinario de la historia en que los mexicanos pasaron varias pruebas en forma sobresaliente: la Reforma.


Enrique Semo(historiador)

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Monday, August 28, 2006

UNAS CUANTAS DEFINICIONES

Certeza.
(De cierto).

1. f. Conocimiento seguro y claro de algo.

2. f. Firme adhesión de la mente a algo conocible, sin temor de errar.


Democracia.
(Del lat. tardío democratĭa).

1. f. Doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno.

2. f. Predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado.


Fraude.
(Del lat. fraus, fraudis).

1. m. Acción contraria a la verdad y a la rectitud, que perjudica a la persona contra quien se comete.

2. m. Acto tendente a eludir una disposición legal en perjuicio del Estado o de terceros.

3. m. Der. Delito que comete el encargado de vigilar la ejecución de contratos públicos, o de algunos privados, confabulándose con la representación de los intereses opuestos.


Ignorancia.
(Del lat. ignorantĭa).

1. f. Falta de ciencia, de letras y noticias, general o particular.


Tomadas del diccionario de la Real Academia Española, versión internet.

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Friday, August 25, 2006

Los artistas, siempre con el pueblo

El arte que no representa nada, la poesía que nada dice, las comedias intrascendentes como se les llama elegantemente, ¿qué cosa son? Mercancía que no indigesta al burgués que la paga y no excita al trabajador mal pagado, es decir, es una mercancía perfectamente equivalente a la morfina, a la cocaína…

El papel del artista en la sociedad es importante, esencial, que puede ser alineado a los intereses generales de la sociedad, positivo, o alineado a los intereses de los explotadores de las clases de base de esa sociedad, un papel negativo. Puede haber una posición intermedia, puede existir una tercera posición para el artista. ¿Cuál sería? Se limitaría a producir paisajes y naturalezas muertas. Ustedes me dirán: bien, en ese caso, lo mismo será útil a los unos que a los otros. Si los pintores no pintaran más que paisajes y naturalezas muertas y no pintaran cuadros políticos no se molestaría la burguesía, nadie se espanta por un grupo de manzanas o por un plato lleno de pasteles o por una costilla de carnero muy bien pintada, lo mismo agradan al rico que al pobre, al explotado que al explotador. Ahora bien: ¿Cuál será la posición de la persona que se dedique sólo a pintar manzanas y naturalezas muertas? Pues no podrá escapar al carácter que tengan, porque no mirará los paisajes que hay en la tierra de la misma manera alguien que esté dispuesto a servir a los explotadores que alguien dispuesto a ayudar, a ser aliado de los explotados para dejar de serlo. De manera que aun un paisaje y una naturaleza muerta tendrán un carácter progresista o no. Por eso no hay cuestión intermedia.

Que la obra de arte deba ser propaganda o no. Toda obra de arte es propaganda, absolutamente toda; lo mismo la vista de un canal veneciano que atrae a los turistas y a los amantes a Venecia para que aprovechen los hoteleros y los comerciantes, que una pintura religiosa o que una pintura política. La única diferencia es la tendencia de la propaganda. El cuadro abstracto es propaganda también, propaganda a alejarse de la realidad, a recrearse con la forma y el color puro, a no ocuparse de los problemas fuera de esto, es decir, a evadirse. De manera que no hay tercera posición, el que quiera una tercera posición no es sino un oportunista. Este es el papel del artista en la sociedad.

Diego Rivera

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Thursday, August 24, 2006

El judío es aquí sólo un pretexto: en otros lugares se recurrirá al negro; en otros, al amarillo. Su existencia le permite simplemente al antisemita abortar sus angustias persuadiéndose de que siempre tuvo designado su lugar en el mundo, de que éste lo aguardaba y de que tiene derecho a ocuparlo en nombre de la tradición. El antisemitismo, en una palabra, es el miedo ante la condición humana.

-Juan-Paul Sartre, Reflexiones sobre la cuestión judía, 1944-

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Wednesday, August 23, 2006

Azul y familiar

...el antisemita canaliza los empujes revolucionarios hacia la destrucción de algunos seres humanos, no de las instituciones; una masa antisemita creerá haber "hecho mucho" asesinando a unos cuantos judíos y quemando varias sinagogas.

-Jean-Paul Sartre, Reflexiones sobre la cuestión judía, 1944-

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Tuesday, August 22, 2006

El hombre sensato

El hombre sensato indaga entre titubeos, sabe que sus razonamientos son sólo probables, que otras consideraciones terminarán por transformarlos en dudas; no sabe nunca con absoluta certeza adónde va; es "abierto" y puede pasar por dubitativo.

-Jean-Paul Sartre, Reflexiones sobre la cuestión judía, 1944-

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Si cuento, cuéntame

Woldenberg los llama “una comunidad de fe”. Fox los ha llamado “renegados”. Muchos los llaman cosas peores, pero en un ejercicio de crítica interna he llegado a la conclusión de que se encuentran en una línea muy fina entre el escepticismo y la fe. Es un movimiento mixto que en un extremo se enarbola la razón mientras que su ala menos instruida habla de fe. Es la resistencia civil de Andrés Manuel López Obrador.

Lo mismo encuentras intelectuales no orgánicos, que campesinos sin primaria (entrevistados por muchas televisoras para exponer su ignorancia histórica y la fe casi irracional en el líder del movimiento). Lo mismo encuentras eminencias en estadística, que escritores, que médicos, que estudiantes, que amas de casa, que reaccionarios añejos del comunismo, que paleros, que pandilleros disfrazados, que indigentes, que citadinos hartos de las cúpulas y sus formas.

Los críticos de siempre dicen que no debemos desconfiar de un conteo que realicen los ciudadanos y que sea diseñado y manejado por ciudadanos, como si la ciudadanización fuera condición suficiente para la infalibilidad. Es cierto que el conteo ciudadano es un gran avance con respecto a los conteos dirigidos por el Estado, pero que el conteo sea hecho por nuestros pares sin intereses directos en el resultado de la elección no es garantía de certeza y veracidad.

Al referirse a los ciudadanos, el IFE y los medios recurren a una generalización tramposa y nos inducen a pensar en nuestro vecino, en el dependiente de la tienda de la esquina o en el hijo de nuestro contador. Pero ciudadanos hay de muchos tipos. En la vida cotidiana desconfiamos de otros ciudadanos de manera rutinaria: miramos hacia atrás antes de sacar la cartera, contemos el cambio que nos da un vendedor, revisamos el trabajo de nuestros subordinados, ponemos barrotes a nuestras ventanas, rehusamos a dar nuestro nombre a desconocidos, etc. El sistema electoral mexicano fue diseñado en el antecedente de la desconfianza, no de la confianza; por eso es tan caro. No nos engañemos, el IFE es un instituto creado para institucionalizar la desconfianza en el Estado. No hay nada malo en ello, es sano. Los instrumentos que han creado en la última década son un ejemplo sin igual de escepticismo aplicado. Seguro tras seguro para procurar la certeza.

Pero el escepticismo también debe alcanzar al IFE. Debe ser claro que ninguna institución es infalible (de lo contrario estaríamos hablando de una iglesia), que ningún sistema es inviolable; y por sobretodo, debemos mirar atrás en la historia y observar que todo lo construido por el hombre es corruptible. En el caso del IFE, la ciudadanización es un arma de doble filo, porque los ciudadanos son humanos y se equivocan. Son mexicanos y los mexicanos también nos equivocamos. Y son los mismos mexicanos de los que desconfiamos día tras día. Son los mismos mexicanos que según la OCDE pueden leer pero no comprender lo que leen. Son los mismos mexicanos que van los domingos a compartir una delusión a las iglesias. Son los mismos mexicanos que reprueban los exámenes internacionales estandarizados de matemáticas. Son los mismos mexicanos que diariamente dan mordida porque a veces “el fin justifica los medios”. Son los mismos mexicanos que cuando nos venden un auto, primero lo llevamos a un mecánico que verifique que no nos están dando gato por liebre.

Por eso científicos, matemáticos y escépticos están a favor del conteo, porque con una diferencia tan pequeña siempre es prudente descartar el factor humano de inducción. Así lo dice el método científico. Eso es lo que separa la ingenuidad del fraude. El factor humano es lo que llevó a Beneviste de posible candidato al Premio Nóbel a charlatán de la ciencia médica. Porque después de enterarnos que de ese millón de ciudadanos que contaron apenas la mitad recibió la capacitación adecuada, la duda debe surgir del escéptico. Nadie pondría al frente de un laboratorio químico a un estudiante que ni siquiera ha tomado un curso elemental de la materia.

Hubo un recuento de apenas 9% del total de casillas y mis peores sospechas se vieron confirmadas. Mientras que fue cierto que en la mayoría de las casillas reabiertas el reconteo no arrojó variaciones significativas, aquellas donde las hubo fueron verdaderamente monstruosas, lo que me lleva a aventurar 3 hipótesis: los funcionarios no saben contar, los funcionarios de manera espontánea indujeron los resultados en sus respectivas casillas para afectar a AMLO (lo que se explicaría por el factor humano), o las actas fueron modificadas de alguna manera (lo que se catalogaría como fraude, la segunda hipótesis también pero se pueden herir sensibilidades).

Tomando como válida la cifra conservadora del PAN (que acepta haber perdido 7 mil votos de ventaja en el reconteo) en apariencia la diferencia fue nimia, perdiendo menos de un voto por casilla recontada. Pero al momento de analizar que el TRIFE afirma que sólo en el 24% de las casillas recontadas se encontraron menos votos para el PAN, esos 7 mil votos se reparten en un universo mucho menor, entonces podemos hablar de algo más turbio. Naturalmente, el recuento total se vio empantanado por los legalismos e interpretación estrecha del espíritu legal. Una vez más, ignoramos la ciencia a pesar de la evidencia. Y mientras tanto, México se vuelve cada vez más un país de percepciones que de hechos.

Los medios nos dan dos Méxicos. Algunos periódicos nos dan información sobre el recuento e incluyen opiniones, puntos de vista y datos de todas las partes del conflicto. En la televisión nos ofrecen otros números, interpretaciones e imágenes que no concuerdan con lo impreso. Y nos apabullan con spots, tecnicismos legales y amenzas. Mientras la mayoría de los medios impresos ven el plantón como una variedad de actos culturales, artísticos y de resistencia en pro de una sociedad mejor; los electrónicos gritan histeria, chantaje, ataque a las instituciones.

No hay ni paraíso ni desastre. Es un movimiento generado por el monopolio del poder, la concentración de la riqueza y la incapacidad del régimen para gobernar para todos. Es la expresión del enojo y la frustración por el rechazo a un cambio que pudo haber sido pacífico y en las urnas.

Llamarlos violentos, renegados, huevones o ignorantes sin argumentar los porqués es una táctica cobarde y poco lógica de quienes creen tener la razón. Del otro lado, pasar de la duda legítima a la descalificación en base a la fe puede significar la muerte del movimiento democrático para transformarse en una misión evangelizadora.

No debe sorprender la posición de artistas, científicos e intelectuales, hasta ahora sólo han hecho uso de la razón. Por el bien de todos, recuento de votos.

Fernando Velázquez

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Monday, August 21, 2006

Un poco de poesía Haiku

Que ya es verano
no les digas, tormenta,
a los cerezos.
Sogi (1420-1502).

Despierta, despierta
te tomo como amiga
mariposa.
Matsuo Basho (1644-1694).

Con gran sosiego
camino solo, y solo
me regocijo.
Kobayashi Issa (1763-1826).

-Poemas enviados por Adriana Hernández "Bishu"-

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PARA LOS QUE ODIAN

"La noción del Judío no la engendra la experiencia sino que, y muy al contrario, es la noción la que alumbra y fabrica lo experimentado; si los judíos no existiesen, el antisemita se los inventaría".

-Jean-Paul Sartre, Reflexiones sobre la cuestión judía, 1944-

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Sunday, August 20, 2006

¿Existe el ratón de los dientes?

Juanita le dijo a su hermano Pedro que el ratón de los dientes no existía; que eran sus padres quienes dejaban el dinero bajo la almohada.

Pedro no le creyó a Juanita. Él sabía que el ratón existía. Cada vez que ponía un diente bajo la almohada, aparecía dinero la mañana siguiente. Además, todos sus compañeros y amigos contaban la misma historia. Y además, no podían ser mamá y papá porque él se daría cuenta cuando entraran a la habitación y levantaran su almohada. De cualquier modo, mamá y papá dijeron que hay un ratón de los dientes, y ellos no mentirían.

Juanita le preguntó a Pedro cómo pensaba que el ratón sabía cuando perdía un diente, cómo entraba a la casa, de dónde sacaba el dinero, y que hacía con los dientes. Pedro le dijo que no sabía, pero ¿no era eso un misterio encantador? Juanita le señaló que con el tiempo todos los niños dejaban de creer en el ratón de los dientes. Pedro revirtió diciendo que eso sólo probaba que el ratón de los dientes sólo llevaba dinero a aquellos que creían en él.

Juanita pidió ayuda a varios niños del vecindario para probar si el ratón de los dientes aparecía cuando los papás no sabían que habían perdido un diente. Resultó que cada vez que los padres sabían, aparecía dinero, y en las ocasiones que no sabían, no había dinero. Pedro dijo que el ratón sólo rehusaba cooperar, y no llevaba dinero cuando sabía que estaba siendo probado.

Juanita adquirió un equipo juvenil de detectives y obtuvo las huellas digitales del dinero que habían dejado a Pedro. Por supuesto, encontró las huellas de sus padres. Pedro dijo que eso no probaba nada, había una variedad de formas en que el ratón pudo haber obtenido dinero previamente tocado por sus papás. O tal vez mágicamente había plantado esa evidencia para confundirlos. Y claro está, el ratón no dejaría ningún tipo de huellas porque era de naturaleza mágica.

La siguiente vez que Pedro perdió un diente, Juanita roció el suelo del cuarto con harina, y en la mañana, le enseñó a Pedro las huellas de las zapatillas de sus padres desde la puerta del cuarto a la cabecera de su cama. Pedro dijo que eso no probaba nada, que sus padres pudieron haber entrado antes o después del ratón para velar su sueño. No había huellas del ratón porque los ratones mágicos no dejan huellas.

Cuando Pedro perdió otro diente, Juanita instaló una cámara de video y grabó a sus padres levantando la almohada, tomando el diente e introduciendo el dinero. Pedro dijo que eso no probaba nada, tal vez el ratón no aparecía cuando había cámaras presentes. Tal vez había cambiado su forma para hacerse ver como sus papás. Tal vez le había pedido a sus padres hacer el trabajo por esa sola ocasión.

Juanita llevó a Pedro al closet de los papás, lo abrió y le mostró una caja donde estaban todos los dientes de Juanita y Pedro etiquetados y clasificados por fecha. Pedro dijo que eso no probaba nada, tal vez el ratón les regalaba los dientes a los padres, o se los vendía. Eso explicaría las huellas en el dinero.

Finalmente, Juanita y Pedro confrontaron a sus padres los cuales confesaron que ellos tomaban los dientes y ponían el dinero bajo la almohada. Pedro dijo que ambos estaban mintiendo antes o en ese momento. Si eran unos mentirosos ¿por qué creer en lo que digan? Él ignoraría todo excepto lo que sabía: creer en el ratón de los dientes funciona. El ratón de los dientes era real.

Juanita gritó de frustración y se arrancó todo el cabello. Se fue a su habitación y lo puso bajo la almohada. Todavía estaba allí en la mañana.

*Pedro llegó a ser cardenal y vocero del CCE.

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Tristeza en la muerte de un héroe

Los que vivimos esta historia, esta muerte y resurrección de nuestra esperanza enlutada,
los que escogimos el combate y vimos crecer las banderas, supimos que los más callados
fueron nuestros únicos héroes y que después de las victorias llegaron los vociferantes
llena la boca de jactancia y de proezas salivares.
El pueblo movió la cabeza:
y volvió el héroe a su silencio.
Pero el silencio se enlutó hasta ahogarnos en el luto cuando moría en las montañas
el fuego ilustre de Guevara.
El comandante terminó asesinado en un barranco.
Nadie dijo esta boca es mía.
Nadie lloró en los pueblos indios.
Nadie subió a los campanarios.
Nadie levantó los fusiles, y cobraron la recompensa aquellos que vino a salvar
el comandante asesinado.
¿ Qué pasó, medita el contrito, con estos acontecimientos?
Y no se dice la verdad pero se cubre con papel esta desdicha de metal.
Recién se abría el derrotero y cuando llegó la derrota fue como un hacha que cayó
en la cisterna del silencio.
Bolivia volvió a su rencor, a sus oxidados gorilas, a su miseria intransigente,
y como brujos asustados los sargentos de la deshonrra, los generalitos del crimen,
escondieron con eficiencia el cadáver del guerrillero como si el muerto los quemara.
La selva amarga se tragó los movimientos, los caminos, y donde pasaron los pies
de la milicia exterminada hoy las lianas aconsejaron una voz verde de raíces
y el ciervo salvaje volvió al follaje sin estampidos.

Pablo Neruda
Fin del mundo. Santiago, Edición de la Sociedad de Arte Contemporáneo, 1969.

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Una palabra muy necesaria

Chachalaca.

(Del nahua chachayaut, frec. de chalaní, hablar mucho, gorjear).


1. f. Am. Cen. y Méx. Ave galliforme de plumaje café verdoso y vientre blanco; el macho tiene cresta y barbas. Es voladora y vocinglera y su carne es comestible.

2. f. Am. Cen. y Méx. Persona que habla en demasía.

3. f. Guat. Charla en voz alta, insistente y molesta.


Fuente: Diccionario de la Real Academia Española, versión de internet.

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EMPECEMOS CON LAS CITAS

"Los grandes hombres, en el verdadero sentido de la palabra, nunca han sido indiferentes a los derechos o ciegos hacia las necesidades de los indefensos”.

Don Benito Juárez García (1806-1872).
Benemérito de las Americas

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Saturday, August 19, 2006

No podía estar equivocado

Soy humano y dudo de mi mismo.

Participios irregulares empleados solo como adjetivos o sustantivos

Algunos verbos presentan dos participios: uno regular y otro irregular.

romper – rompido – roto

Roto se usa en todos los casos mejor que rompido. «Aunque rompido no ha dejado del todo de usarse.» [RAE: Esbozo 1973, p. 310, n. 97]

«Roto es en todos casos mejor que rompido; bien que en las frases en que el verbo romper no admite complemento acusativo parece preferible rompido: ha rompido en dicterios, ha rompido con su amigo, ha rompido por todo.» [Bello 1847: § 605]


Creo que este caso es el que realmente buscaba, pero gracias amigo, tú siempre tan preocupado.


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¿Qué es ROMPIDO?

Debido a la inquietud de nuestro mas importante colaborador Fernando Velázquez, publico la definición de ROMPIDO que nos regala el diccionario de la Real Academia Española en su versión de internet.

Rompido.
(Del part. desus. de romper).
1. m. Tierra que se rompe a fin de cultivarla.

Espero que esta definición te sea de gran utilidad mi estimado y humano amigo.

Saludos.

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Tuesday, August 15, 2006

DEFENDIENDO LA DEMOCRACIA

"Si de verdad vale la pena hacer algo, vale la pena hacerlo a toda costa".
Gilbert Keith Chesterton



Cada día que pasa, un gran número de mexicanos radicados en el Distrito Federal se suman a la inconformidad de los bloqueos del Paseo de la Reforma. Utilizando el recurso del respeto al libre transito argumentan la ilegalidad de los plantones llamados por Andrés Manuel López Obrador.

Habría que recordar que el pueblo mexicano está en un momento de innegable importancia histórica, en los últimos años grandes fraudes como el del FOBAPROA, el error de diciembre e injusticias como los desalojos de Atenco nos caracterizaron como un pueblo sumiso e ignorante que podía aceptar cualquier tipo de atropello realizado por los gobiernos que supuestamente elegíamos democráticamente. Y no es de asombrarse cuando el último movimiento masivo y legítimo fue reprimido a punta de balas con tal fuerza, crueldad y derramamiento de sangre que silenció esas voces durante más de 30 años.

Los conteos ordenados por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación evidenciaron una serie de incongruencias en el cómputo realizados por los Consejos Distritales, más que la recuperación o resta de votos a favor de uno u otro candidato se develó que el ataque a nuestro sistema electoral se basó en la diferencia de votos contenidos en las casillas con los sufragados o con el total del padrón electoral de las casillas, así como la violación de los sellos de los lugares donde estaban resguardados los paquetes electorales y un gran número de paquetes electorales ilegalmente abiertos y manipulados.

Estas incongruencias están a la vista de todos y son hechos, no suposiciones. Sin importar cual filiación política tengamos, es apremiante defender nuestro sistema electoral y democrático a como de lugar. Puede parecernos algo inofensivo que haya existido fraude en algunos distritos electorales o casillas, pero no está en juego la reputación de un candidato o partido político, está en juego la forma en que los mexicanos construiremos nuestra democracia, la forma en que decidiremos cuales de nuestras instituciones siguen siendo parte fundamental del sentir de nuestra nación.

El problema por el que atraviesa nuestro país no es un plantón en Paseo de la Reforma, no es la toma de instituciones bancarias o casetas de cobro de autopistas. El gran problema que tenemos enfrente es que estamos ante un escenario de fraude electoral, fraude que si permitimos tímidamente con manifestaciones sobre la acera o huelgas de hambre de 20 personas será pasado por alto, será borrado durante muchos años, será una hoja más de algún libro que mostrará nuestra cobardía a transitar en un gobierno democrático. Este país será el que entreguemos a nuestros hijos y nietos, el que debemos defender para entregarlo en las mejores condiciones, no hablo de macroeconomía ficticia avalada por grandes ganancias petroleras y entrada histórica de remesas de nuestros paisanos que tuvieron que emigrar al vecino país debido a que nunca les llegó el gobierno del cambio. Hablo de construir una verdadera democracia, un estado de solidaridad donde cualquier acto de atropello sea juzgado y cobrado con intereses al gobierno que siquiera lo intente.

No podemos llamar violentos a los defienden la democracia de la que algún día gozarán los que vienen, solo hay que recordar que hace unos meses un pueblo como el francés, alzó la voz hasta quedarse afónico cuando se cometió un atropello racista. Francia, país de primer mundo vivió momentos graves de resistencia civil, en la que su pueblo le demostró al gobierno que pesan más los que eligen, que los elegidos.

Hace algunos días un columnista estadounidense publicó que le hubiera gustado ser mexicano para pertenecer a un pueblo que reclama los atropellos al sufragio efectivo. Reclamo que en Estados Unidos nunca pasó a mayores ante la imposición fraudulenta de George W. Bush. Estemos orgullosos de aquel que a pesar de tener todo en contra sigue ahí, en aguas turbias y peligrosas, arriba del barco que esperemos algún día nos lleve en camino directo hacia la democracia.

No estrechemos el andar democrático a cualquier filiación política o propuesta económica y social, como mexicanos tenemos el derecho y la OBLIGACIÓN de defender a toda costa que nuestro sistema electoral sea limpio y transparente. Recordemos que el pasar por alto lo que parecían en su momento inocentes fraudes electorales, nos costó más de 70 años de atropellos perpetuados por la “dictadura perfecta” priísta. No basta con nacer en este suelo para decirnos mexicanos, tengamos el valor para defender una democracia aún en pañales, que será el sustento de toda la vida institucional que entregaremos a los que algún día nos pedirán cuentas.

Julio Orozco Santos Coy

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Sobre el trabajo

Esteban Martínez

¡Deje de fregar y trabaje! ¿No le da pena con lo joven y fuerte que se ve? ¡No sea vago!

Estas imprudentes palabras, pues en verdad se veía sano y fuerte y en verdad era joven, estimados lectores, las dirigí en tarde pasada a un insistente e imperturbable pedigüeño, que sin perder la calma, sin mostrar enojo, fue capaz de contestarme:

--Sin ofender, mi señor. Está equivocado, pues en modo alguno soy un vago.

Sorprendido por su serenidad y también, a que negarlo, con la dignidad e incluso un pico de orgullo que había en su réplica, un tanto avergonzado y en otro tono, le interrogue:

--¿Ah, no? ¿Qué es entonces?

Esta pregunta y el tranquilo desparpajo con que me respondió fueron puerta a un inesperado y curioso diálogo que sostuvimos en el parador de vehículos públicos donde su servidor estaba esperando uno que me llevara a otro punto, diálogo que les paso al costo tal como lo recuerdo. Aquí lo tienen:

El: --Con el debido respeto, le informo que soy un rebelde.

Yo: --¿Un rebelde? ¿Contra qué, contra quien?

El: --Contra el castigo que la divinidad celosa, colérica y vengativa del Viejo Testamento, Yavé, impuso a todos los mortales.

Yo: --¡Cómo! ¡Por el trabajo somos lo que somos! Poetas, filósofos, moralistas, sociólogos lo afirman y cantan la gloria del mismo.

El: --Señor, somos tan estúpidos que, como dice H. de Gourmont, en sus Pensamientos inéditos: “Hemos llegado a tal punto de imbecilidad que consideramos el trabajo no sólo como honroso, sino como sagrado, siendo así que no es otra cosa que una triste necesidad”.

Yo: --¡Desbarra! El trabajo nos dignifica. El trabajo es de las pocas y más significativas virtudes que nos honra y podemos confiar. Es nuestro honor y nuestra gloria, lo dicen los filósofos, sociólogos y…

El: --¡Ta, ta! ¡Choros, choros…! Todas esas alabanzas, honores y celebraciones del y para el trabajo no son más que otra y de las más dañinas de las mentiras convencionales de la humanidad. Si el trabajo fuera lo que han dicho y pueden decir esos tipos, los ricos, que acaparan lo mejor de la vida, ya lo habrían hecho. ¿Y qué hacen? Dejan que otros lo hagan y hasta pagan, de malo que es, al que lo hace. Y pagan lo menos posible, por supuesto.

Yo: --¿Es usted un… un… un nihilista, un cínico!

El: --Y usted, un perro de Pavlov.

Yo: --¿Qué, qué? ¿He oído bien? ¿Qué soy un…?

El: --No se me alebreste, mi don, que únicamente quiero que comprenda que, como millones de otros, ha sido, es y sigue siendo condicionado por los listos de siempre, por lo que dicen las elites en turno y sus escribas, los cuales, por convencimiento o por interés, rebeldes como yo a la maldición de “ganarás el pan con el sudor de tu frente”, procuran ganárselo con el “sudor del de enfrente”.

Yo: --¡Comprendo! Ellos son, como usted, unos rebeldes y, como usted dice de ellos, a su vez usted es igualmente un vividor, un explotador de otros.

El: --No se confunda, mí estimado. Ellos, a diferencia de este su servilleta, son unos deshonestos. Yo, señor, no engaño a nadie sobre la naturaleza y el significado del trabajo.

Yo: --¡No me diga!

El: --Pues no quiera saber. Quisiera decirle…

Yo: --¡Diga! ¡Diga!

El: --Bueno, pero después no reclame. Se aguanta.

Yo: --Me aguanto.

El: --Pues ha de saber, aunque esta mal que yo lo diga, pues alabanza en boca propia suena a vituperio… pero lo diré para que aclare sus ideas. A de saber, digo, que este servidor es, a más de rebelde, generoso, pues por omisión, por no competir para ejercer trabajo alguno, aumenta las oportunidades de que otros obtengan trabajo. Por aquello de “cuantos menos burros, más olotes”.

Esta explicación de mi impertinente e imperturbable pedigüeño me hizo pensar si este ¿me habla en serio o me está viendo la cara?

Me quedé con las ganas de averiguarlo. La llegada del pesero que estaba esperando lo impidió. Como otra vez inició a llover, me apresuré a abordarlo no sin antes darle unas monedas a mi esperpéntico interlocutor, monedas que agradeció con una sonrisa, no sé si de agradecimiento o de burla.

Ustedes, estimados lectores, ¿por qué creen que haya sonreído?

Con afecto.

Jeremías B. Sugo

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Globalización y pobreza

Sólo conozco un tema que es tan controversial como el debate científico sobre el calentamiento global: los costos y beneficios de la globalización. Todos tenemos ideas muy firmes sobre sus efectos en la pobreza y la desigualdad y muy poca gente no está interesada en la mejoría de los desheredados del mundo. La prensa económica, los organismos económicos internacionales, los empresarios y la mayoría de los gobiernos occidentales afirman que el libre mercado amplía las perspectivas de los pobres; esta visión es compartida por el estrato más alto de la sociedad, mientras que activistas y académicos de otros ámbitos sustentan con mucha convicción lo contrario. Sin embargo, la robustez de las convicciones de alguien suele estar en proporción inversa al número de pruebas objetivas, sólidas, que conoce.
La expansión del comercio y las inversiones extranjeras (panacea que proponen la mayoría de los gobiernos conservadores para resolver los problemas de miseria) parecen tener muy poco efecto en la disminución de la pobreza. Antes de 1949, los pobres de EEUU, India, Inglaterra o México vivían más o menos igual. Al término de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los países en vías de desarrollo en África, Asia y Latinoamérica se aislaron económicamente. A partir de 1980, la mayoría ha abierto sus mercados. Esos cambios han causado mucho sufrimiento a los pobres de los países en vías de desarrollo, pero también hubo países que supieron aprovechar estas coyunturas (China y Corea del Sur son los mejores ejemplos).
Las razones a favor del liberalismo económico se basan en el principio añejo de las ventajas relativas: la idea de que a los países les va mejor económicamente cuando exportan los bienes que mejor producen e importan lo demás. A principios del siglo XIX, David Ricardo llega Ministro de Gran Bretaña e impone el libre mercado con la idea de que llevaría prosperidad y riqueza a toda Inglaterra. La realidad fue otra, los monopolios crecieron espectacularmente y aplastan a los productores pequeños. El sistema destruye zonas productivas, hay hambre, desempleo, protestas y caos social. Luego de esa experiencia, ningún país trata de imponer el liberalismo económico por décadas. Sin embargo, el libre comercio se sigue expandiendo por el mundo. Los economistas mantienen enormes discrepancias acerca de los beneficios potenciales y los costos reales derivados del comercio y acerca de la importancia de la protección social para los pobres. Los librecambistas creen que la marea en ascenso de las inversiones y la especialización internacionales pondrán a todos a flote. Otros no son tan optimistas, señalan que gran parte de las poblaciones pobres carecen de la capacidad de adaptación, equipamiento y reubicación requeridas. Lo que dicen estos economistas es que la globalización hace más ricos a los ricos y más pobres a los pobres, los proglobalizadores aseveran que ayuda a los pobres.
La realidad es muy diferente. Según cifras del Banco Mundial, en América Latina:
-En 1986, viven con menos de 2 dólares diarios 137 millones 500 mil personas (33.75% de la población). En 1998, son 179 millones 800 mil (35.8% de la población)
-En 1986, viven con menos de un dólar diario 54 millones 200 mil (13.3% de la población). En 1998 son 178 millones (15.55% de la población).

*Otros organismos lanzan cifran todavía más alarmantes.

Según el Banco Internacional de Desarrollo, la riqueza en América Latina está dividida de manera muy desigual: 10% de los latinoamericanos más ricos ganan 84 veces lo que ganan el 19% de los latinoamericanos más pobres.
La situación de los niños es todavía peor, en el 2001:
-58% vive en la miseria.
-1 de cada tres sufre de desnutrición.
-30% de los hogares son de madres solteras.
-Se desconoce el número de niños que viven en la calle o en desamparo total.
Entre 1960 y 1980 el número de pobres es fijo: 30 millones. Para 1998, 43 millones 430 mil (43% de la población) vive con menos de dos dólares diarios y 18 millones 180 mil viven con menos de un dólar diario. Con el agravante que un dólar compra más en 1980 que en 1998. Según otras fuentes, es mucho peor. Mientras que 37 empresas controlan 25% de lo que produce México, 70% de la población se reparte un tercio de la riqueza nacional.
Según el gobierno mexicano:
-43% de los niños menores de 5 años viven en la pobreza o en la miseria.
-30% de los niños menores de 5 años están desnutridos.
-Prácticamente todos los hogares rurales viven en la pobreza o en la miseria.
-14% de los hogares no tienen agua potable.
-9 de cada 10 hogares indígenas viven en pobreza extrema.
*Otras fuentes dicen que es mucho peor.
Sin embargo, la pobreza ha retrocedido en China, India, Corea, Indonesia y en general en todo el sudeste asiático. Entre 1981 y 2001 el porcentaje de población rural que vivía con menos de un dólar diario decreció del 79 al 27 por ciento en China, del 63 al 42 en India y del 55 al 11 en Indonesia.
Aunque los más pobres no estén en general empobreciéndose más nadie ha demostrado que la mejora se deba a la globalización. En China, la reducción de la pobreza podría deberse a factores internos como la expansión de la infraestructura (carreteras, puentes, trenes bala), la masiva reforma agraria de 1978 y un largo etc. Análogamente, la reducción de la pobreza en India se atribuye a la propagación de la Revolución Verde en la agricultura, a los programas oficiales contra la pobreza y los movimientos sociales, más que a la liberación del comercio. En Indonesia, la estabilización en los precios del arroz y la inversión en infraestructura rural desempeñaron un papel determinante. Desde luego, la globalización ha contribuido pero sólo es uno de muchos factores.
Los que somos escépticos a los beneficios del liberalismo económico señalamos que la pobreza del África subsahariana se mantiene tercamente alta.
Por suerte, los dos bandos del debate llegan a un acuerdo lentamente. Según muchos economistas, para que un país progrese con el liberalismo económico el gobierno debería redistribuir el patrimonio y las rentas de modo que los ganadores de la política de apertura compartieran sus ganancias con los perdedores. Ciertos programas suscitan poca controversia, tales como los que ayudan a los trabajadores a capacitarse, las becas que facilitan la escolarización de los niños pobres, las pensiones a grupos históricamente desprotegidos como madres solteras, discapacitados y ancianos (por lo menos no causan controversia en países industrializados, que no en México, como recientemente constatamos).
Los radicalismos no son buenos para combatir la pobreza. La globalización no es veneno ni panacea para el progreso de un país. Hay que apreciar la complejidad y la variedad de factores involucrados. Políticas públicas de corte socialista con políticas internacionales globalifílicas podrían ser más fructíferas que los simplismos del “ciudadano fuerte” (por no decir “anarcocapitalista fuerte”) que enarbola la derecha en muchos países del mundo.

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Monday, August 14, 2006

LA DOBLE MORAL

En tiempos donde la decisión de 7 magistrados de contar un poco menos de 10% de los votos emitidos por los ciudadanos mexicanos el pasado 2 de julio, donde la gente pide aún el conteo voto por voto, casilla por casilla y lo hace sentir realizando diversos actos de resistencia civil pacífica a nivel nacional, (el más vistoso realizado en el centro del Distrito Federal, específicamente en la avenida principal Paseo de la Reforma) llama mucho la atención la molestia que externan los ciudadanos a este bloqueo y el engrandecimiento de los hechos provocado por los medios de comunicación al servicio del poder federal en turno.
Es de admirarse cuando existen reclamos fuertes a una injusticia, una injusticia como podría ser la privación del libre tránsito, pero, ¿Donde queda el alzamiento de voces cuando se carga una deuda de banqueros a los ciudadanos mexicanos, pobres y ricos?; cuando un gobernador tiene como amistades y protegidos a pederastas y delincuentes que mermaron la libertad de expresión y secuestraron a una periodista que alzaba su voz mediante el poder de las letras a una injusticia enorme contra niños y niñas mexicanos; cuando se descubre que el ex gobernador del Estado de México se había enriquecido ilícitamente; cuando los policías que desalojaron Atenco realizaron una cantidad enorme de atropellos a los derechos humanos fundamentales de hombres y mujeres; cuando las mujeres en Ciudad Juárez siguen desapareciendo sin que se ataque el problema de fondo; cuando al gobierno federal y estatal de Oaxaca les importa nada solucionar el problema que los está llevando a la ingobernabilidad del estado. ¿Donde queda ese alzamiento de voz en contra de todos esos atropellos?. ¿Es más grave el cierre de Paseo de la Reforma o la violación de niños y niñas por pederastas protegidos por la ley?, ¿Por qué los actores políticos que critican el bloqueo no alzan la voz para reclamar esto?. ¿Por qué no nos inconformamos con nuestro claxon (como lo hacen muchos automovilistas que circulan cerca de los campamentos de Reforma), al pasar al lado de un niño de la calle el cual no tiene cubiertos sus derechos de salud, educación y vivienda?. ¿Por qué cotidianamente los encargados de “predicar la palabra de Dios” se pronuncian en contra de la inestabilidad económica, de los bloqueos, del populismo?. Son los primeros en tener una doble moral ya que no han hablado a favor de castigos ejemplares para “los siervos del señor” que han incurrido en actos de violaciones sexuales. Antes de abrir su inmaculada boca deberían recordar “A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”.
No basta darnos golpes de pecho argumentando que Andrés Manuel López Obrador nos llama corruptos por las inconsistencias de la votación para presidente del 2 de julio, el mensaje no va dirigido a todos los mexicanos, es para aquellos que pagan mordida a los policías, aquellos que sin ningún miramiento colocan diablitos para no pagar el servicio de energía eléctrica, agua, televisión por cable; a aquellos que no les importa su país, ya que usan cualquier oportunidad para transar, que esperan a altas horas de la noche para tirar su basura en la calle, a estos a los que me refiero, les pido no darse golpes de pecho por las palabras de Andrés Manuel López Obrador, ustedes mismos saben que no se han conducido de manera correcta como ciudadanos mexicanos.
¡No a la doble moral!, parece muy fácil pasar por campamentos de gente que apoya a Andrés Manuel López Obrador y vociferar cualquier cantidad de bellas palabras aprendidas en sus centros exclusivos de educación privada, pero hay que usar un poco la cabeza para recordar que es un pequeño precio que debemos pagar todos para construir una verdadera democracia, recordemos que lo que se pide en los campamentos es un conteo voto por voto, conteo que el 70% de los mexicanos apoya. Ya que el conteo voto por voto es apoyado por la gran mayoría de los mexicanos y no solo por la gente que está viviendo en los campamentos, les recuerdo que: “Los inconvenientes son temporales, los beneficios, PERMANENTES”, DEMOCRACIA EN CONSTRUCCIÓN.
Julio Orozco Santos Coy

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