Sunday, February 24, 2008
Sunday, February 10, 2008
Sonríe, vamos a ganar
Ese fue el lema de campaña de mi candidato presidencial en 2006: Andrés Manuel López Obrador.
Esta semana la revista Proceso publica la opinión de mi analista política favorita, Denise Dresser, bajo el título: Sonríe, vamos a golpear.
Andrés Manuel fue mi candidato de elección y mi político favorito por una razón poderosa: es el político más honesto que conozco. Hay razones complementarias que me llevan a confiar en él que dificilmente caen dentro de la sabiduría popular: su rechazo al análisis macroecónomico (una disciplina por demás anticientífica y que sigue siendo enseñada en las escuelas como canon), su rechazo a los paradigmas de liderazgo, soy tabasqueño, etc.
La opinión de Denise Dresser es muy válida dentro de los círculos de poder y crítica donde se desenvuelve; personalmente creo que dichas prácticas entran en las evaluaciones que difícilmente hace un ciudadano respetable.
Denise Dresser sigue la línea de analistas muy populares pero falla en evaluar de manera científica la crisis social.
Los ciudadanos comunes y corrientes generalmente no saben lo que quieren de un político hasta que los medios se lo dicen, pero el porcentaje pequeño de electores informados falla también muchas veces al hacer sus propios valoraciones.
Denise Dresser dice que la sociedad mexicana es conservadora pero no proporciona pruebas para ello:
-Porcentaje de apoyo al aborto.
-Rechazo a la educación religiosa.
-Matrimonio homosexual.
-Sistema judicial
-Sistema de pensiones.
Denise Dresser hace críticas valiosas a la izquierda pero falla al querer calificar de golpista a la izquierda que no cede a la estupidez.
-Calificar el combate al narcotráfico como menos que un fracaso, en cifras, es deshonestidad.
-Calificar sólo de poco ética el acercamiento sistemático iglesia-estado es deshonestidad.
-Calificar como eficiencia política el cinismo de las cámaras legislativas es deshonestidad.
-Calificar como imparciales a la mayoría de medios de comunicación es deshonesto.
Para Denise esto es el golpismo: decir las cosas como son y sin conceder. Denise Dresser falla en formar verdaderos ciudadanos, y opta por la simulación aunque se pisotee la verdad.
Fernando Velázquez
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