Sunday, August 20, 2006

¿Existe el ratón de los dientes?

Juanita le dijo a su hermano Pedro que el ratón de los dientes no existía; que eran sus padres quienes dejaban el dinero bajo la almohada.

Pedro no le creyó a Juanita. Él sabía que el ratón existía. Cada vez que ponía un diente bajo la almohada, aparecía dinero la mañana siguiente. Además, todos sus compañeros y amigos contaban la misma historia. Y además, no podían ser mamá y papá porque él se daría cuenta cuando entraran a la habitación y levantaran su almohada. De cualquier modo, mamá y papá dijeron que hay un ratón de los dientes, y ellos no mentirían.

Juanita le preguntó a Pedro cómo pensaba que el ratón sabía cuando perdía un diente, cómo entraba a la casa, de dónde sacaba el dinero, y que hacía con los dientes. Pedro le dijo que no sabía, pero ¿no era eso un misterio encantador? Juanita le señaló que con el tiempo todos los niños dejaban de creer en el ratón de los dientes. Pedro revirtió diciendo que eso sólo probaba que el ratón de los dientes sólo llevaba dinero a aquellos que creían en él.

Juanita pidió ayuda a varios niños del vecindario para probar si el ratón de los dientes aparecía cuando los papás no sabían que habían perdido un diente. Resultó que cada vez que los padres sabían, aparecía dinero, y en las ocasiones que no sabían, no había dinero. Pedro dijo que el ratón sólo rehusaba cooperar, y no llevaba dinero cuando sabía que estaba siendo probado.

Juanita adquirió un equipo juvenil de detectives y obtuvo las huellas digitales del dinero que habían dejado a Pedro. Por supuesto, encontró las huellas de sus padres. Pedro dijo que eso no probaba nada, había una variedad de formas en que el ratón pudo haber obtenido dinero previamente tocado por sus papás. O tal vez mágicamente había plantado esa evidencia para confundirlos. Y claro está, el ratón no dejaría ningún tipo de huellas porque era de naturaleza mágica.

La siguiente vez que Pedro perdió un diente, Juanita roció el suelo del cuarto con harina, y en la mañana, le enseñó a Pedro las huellas de las zapatillas de sus padres desde la puerta del cuarto a la cabecera de su cama. Pedro dijo que eso no probaba nada, que sus padres pudieron haber entrado antes o después del ratón para velar su sueño. No había huellas del ratón porque los ratones mágicos no dejan huellas.

Cuando Pedro perdió otro diente, Juanita instaló una cámara de video y grabó a sus padres levantando la almohada, tomando el diente e introduciendo el dinero. Pedro dijo que eso no probaba nada, tal vez el ratón no aparecía cuando había cámaras presentes. Tal vez había cambiado su forma para hacerse ver como sus papás. Tal vez le había pedido a sus padres hacer el trabajo por esa sola ocasión.

Juanita llevó a Pedro al closet de los papás, lo abrió y le mostró una caja donde estaban todos los dientes de Juanita y Pedro etiquetados y clasificados por fecha. Pedro dijo que eso no probaba nada, tal vez el ratón les regalaba los dientes a los padres, o se los vendía. Eso explicaría las huellas en el dinero.

Finalmente, Juanita y Pedro confrontaron a sus padres los cuales confesaron que ellos tomaban los dientes y ponían el dinero bajo la almohada. Pedro dijo que ambos estaban mintiendo antes o en ese momento. Si eran unos mentirosos ¿por qué creer en lo que digan? Él ignoraría todo excepto lo que sabía: creer en el ratón de los dientes funciona. El ratón de los dientes era real.

Juanita gritó de frustración y se arrancó todo el cabello. Se fue a su habitación y lo puso bajo la almohada. Todavía estaba allí en la mañana.

*Pedro llegó a ser cardenal y vocero del CCE.

2 comments:

Anonymous said...

pues seguro que si no se volvia cardenal, el Pedro se volvia filosofo...

Ciber Consejos Escolares Blog said...

Espero que este anegdota seá realidad porque lo voy a usar en un debate si es realidad o mito el raton de los dientes.