Thursday, December 07, 2006

En la prensa, sarta de babosadas

Al Presidente Fox, le tuvo sin cuidado -o al menos se empeñó en decir- la información y la opinión en la prensa escrita. Lo suyo, y no sólo como gobernante sino como consumidor mediático él mismo, era la televisión. En varias ocasiones, para justificarse, esgrimió la peregrina tesis sobre la presencia en la sociedad mexicana de un bloque enterado y crítico, aunque minoritario, y otro, desinformado pero con la absolución de las mayorías. En México "existe el pequeño círculo rojo, periódicos, analistas, comentaristas, que no representan más de dos millones de gentes en México. Y tenemos el círculo verde, 98 millones de ciudadanos y ciudadanas que piensan libre, que piensan en un cambio" le dijo en el 2000 a la periodista María Elena Salinas, de Univisión.

Por eso cuando le señalaban tropiezos de dicción, examinaban posibles abusos de sus familiares o subrayaban errores de su gobierno, el Presidente simplemente se enojaba con los periódicos. A fines de octubre del 2001, cuando los reprendía por la falta de suficientes resultados en su desempeño, les dijo a los miembros de su gabinete: "Hemos estado bajo una metralla impresionante de ataques por una sarta de babosadas que no tienen la menor importancia para nuestro país".

En agosto del 2001 la esposa del Presidente, Marta Sahagún, intervino para que el diario Milenio destituyera a su director, el periodista Raymundo Riva Palacio. Ese periódico había publicado varias notas acerca de abusos y posibles negocios no lícitos en el entorno del Presidente. En cambio con los medios electrónicos y especialmente con la televisión privada, no era desde el gobierno sino desde la parte empresarial en donde se dictaban la agenda y las decisiones de esa relación. En tres notorios casos se manifestó esa subordinación del Presidente: en el conflicto alrededor del Canal 40, en el decretazo de octubre del 2002 y con la llamada "Ley Televisa" durante el último año de su gestión.

-¿Qué país nos deja Fox?, Raúl Trejo Delarbre, pp. 3-4-

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